En la mayoría de los lugares de trabajo se siguen procesos establecidos para cada una de las áreas; en muchas ocasiones el desarrollo de una actividad está tan bien estipulado que prácticamente se hace de manera mecánica, es decir, los colaboradores conocen perfectamente cada uno de los pasos de elaboración, para qué se hace, cómo se hacen y quién es el encargado de qué tarea.

Pero… ¿qué pasa cuando algún “engrane” de estos procesos falla, qué pasa cuando algo se sale del camino ya conocido y provoca que el equilibrio y control se pierdan?

Debemos estar conscientes de que en una empresa de productos o servicios puede haber equivocaciones en algún momento, porque los colaboradores pueden cometer errores presentes y normales en cualquier humano e incluso los equipos tecnológicos con los que contamos pueden fallar por alguna circunstancia ajena o no a una persona.

Generalmente pensamos que estos errores son fatales, pero lo mejor que podemos hacer es aprender de ellos y analizar, a partir del error, si no hay otra manera de hacer los procesos, es decir: un error no siempre es resolver y volver al mismo camino, sino una oportunidad para observar todo el panorama y recurrir a nuestro pensamiento lateral.

Y ¿qué es el pensamiento lateral?

El pensamiento lateral, término creado por Edward de Bono, es aquel que utilizamos para resolver problemas de una forma alternativa a la comúnmente utilizada, en este proceso de pensamiento recurrimos a ideas que están fuera del modelo habitual o tradicional; nos salimos de la raya, de los métodos e incluso de las reglas, utilizamos la imaginación y dejamos que la creatividad fluya para darnos otras perspectivas que usualmente no tenemos en cuenta.

Estamos tan acostumbrados a seguir un patrón, que muchas veces no permitimos que nuestra mente vea más allá, nos cuesta trabajo salir de esa zona de confort que ya conocemos y que ya dominamos. Muchos se preguntarán por qué sería necesario salir de esta zona si están a gusto, la respuesta es porque personalmente y profesionalmente siempre es bueno buscar diferentes alternativas para seguir creciendo y lograr más metas.

Esto aplicado en una empresa, puede ser el impulso para el éxito.

El pensamiento lateral puede aplicarse en cualquier proyecto o en la resolución de errores cometidos durante algún procedimiento. Incluso es importante mencionar que puede emplearse en cualquier tipo de empresa o negocio, ya que no es exclusiva de sectores que se consideran por naturaleza creativos, como arte o diseño; debido a que tiene como base el uso de la creatividad y que todos los humanos somos creativos, es válido utilizarlo hasta en un proyecto científico que necesite un punto de vista diferente para resolver algún enigma.

No dejamos de lado la idea de que los procesos son buenos, pero también es bueno voltear a otros lados y permitir que tus colaboradores también lo hagan, puesto que es más productivo tener a alguien que constantemente estimula su mente e imaginación a alguien que hace las actividades de manera mecánica.

Aprovecha los errores que se llegan a cometer en tu empresa o negocio, es importante resolverlos pero también oportuno tomarte un tiempo para que tu pensamiento lateral genere nuevas ideas, probablemente hay algo en lo que no habías pesando que puede resolver las cosas de mejor forma y que puede evitar más equivocaciones.

Aunque creas que tu empresa no tiene nada que ver con creatividad, estimula tu mente y tus sentidos, asiste a lugares a los que normalmente no asistirías, haz actividades nuevas, escucha música, platica con diferentes personas a las que usualmente estás acostumbrado, lee y decide abrir los caminos para que cuando un engrane falle, haya otra alternativa. Dale la bienvenida a tu pensamiento creativo y a nuevas experiencias para tu empresa que pueden traducirse en mayor rendimiento.

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